Rosie the Riveter (en castellano "Rosie, la remachadora") representa a las mujeres de ese país que trabajaban en fábricas durante la Segunda Guerra Mundial, muchas de ellas produciendo municiones y suministros bélicos. A veces, estas mujeres aceptaban empleos totalmente nuevos, reemplazando a los hombres que estaban combatiendo en la guerra.
El cartel con fondo amarillo que tiene una mujer al frente con expresión de fuerza y la leyenda “We can do it”, no necesita ninguna presentación, pues se trata de un auténtico símbolo de feminismo. La imagen ha sido imitada cientos de veces, ya sea por celebridades, campañas publicitarias, pero ¿quién es ella? "Rosie the Riveter” nació en 1942, con la canción homónima de Redd Evans y John Jacob Loeb, el tema hablaba de Rosie, una trabajadora que daba a su máximo esfuerzo en labores masculinas para ayudar a los soldados estadounidenses durante la guerra; entonces a las mujeres que desempeñaban este tipo de labores se les conocía como “Rosies”.A pesar de que el cartel es mundialmente conocido poco se sabía de la protagonista, ahora siete décadas después de usar esta imagen como símbolo de poder femenino, se reveló la verdadera identidad de quien dio rostro a las “Rosies”: Naomi Parker-Fraley. Naomi Fern Parker Fraley (26 de agosto de 1921-20 de enero de 2018) fue una trabajadora de guerra estadounidense que ahora se considera el modelo más probable para el icónico póster " ¡Podemos hacerlo! ". [2] Durante la Segunda Guerra Mundial, trabajó en el montaje de aviones en la Estación Aérea Naval Alameda . Fue fotografiada operando una máquina herramienta y se pensó que esta fotografía ampliamente utilizada sería una inspiración para el póster.
No existió una ‘Rosie’ única, existieron
miles. Fue la masiva entrada al mercado laboral que propició la II Guerra
Mundial y la marcha masiva de hombres al frente en EE UU. En la foto, una
remachadora en 1944.
Ellas se encargaron de las labores dominadas por los hombres hasta la Segunda Guerra Mundial, y a pesar de la voluntad de algunas de continuar ejerciendo un oficio remunerado y los trabajos en que se habían formado/especializado durante ese tiempo, cuando los hombres volvieron del combate se las obligó a ceder sus puestos a los soldados desmovilizados y se las relegó de nuevo al rol tradicional de ama de casa o fueron orientadas hacia trabajos no especializados.
La propaganda fue, de hecho, bastante efectiva: de 1941 a 1945 el porcentaje de mujeres trabajadoras en EEUU subió del 27 al 37%. El 50% de esas mujeres desarrollaron trabajos relacionados con la industria de defensa. Hasta la revista Life les dedicó una portada, en agosto de1943, con un extenso reportaje fotográfico de la "Rosies" que levantaron la industria estadounidense.
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