31 marzo 2021

MUJERES QUE HACEN LA HISTORIA: CARMEN DE BURGOS Y SEGUÍ

CARMEN DE BURGOS

Carmen de Burgos y Seguí (Almería, 10 de diciembre de 1867 – Madrid, 9 de octubre de 1932) fue una periodista, escritora, traductora y activista por los derechos de la mujer española, también conocida como Colombine. A lo largo de su carrera firmó con seudónimos, como«Gabriel Luna», «Perico el de los Palotes», «Raquel», «Honorine» o «Marianela». Perteneciente a la generación del 98, se la considera la primera periodista profesional en España y en lengua castellana por su condición de redactora del madrileño Diario Universal en 1906.

Escritora, periodista y pedagoga. Bautizada en la Iglesia Parroquial de San Pedro (Almería) con los nombres de María del Carmen, Ramona y Loreta, nació al amanecer del día 10 de diciembre de 1867 -algunos autores sitúan la efeméride en 1873 o 1876- en Rodalquivir, municipio de la citada provincia. Era hija de José Burgos Cañizares, propietario y vicecónsul de Portugal en Almería, y de Nicasia Seguí Nieto.

Se casó muy joven, «en contra de la voluntad de su padre», a los dieciséis años, con Arturo Álvarez, hijo del gobernador de Almería, instalándose en aquella capital. Allí, por primera vez, entra en contacto con el mundo gráfico colaborando en la Almería Bufa. Problemas matrimoniales y la muerte de su hijo (de los tres que tuvo sólo sobrevivió su hija Maruja), la llevaron a Madrid abandonando el domicilio conyugal. Así describe estos primeros momentos su compañero sentimental, el escritor Ramón Gómez de la Serna: «Carmen vino a Madrid a rehacer su vida, sin recursos, con su hija en brazos (…) Carmen, con su sombrerito triste y con su hija siempre en brazos» y «en medio del escándalo provinciano».

Tras el divorcio, decidió estudiar magisterio como alumna libre, al mismo tiempo que se iniciaba en el articulismo. Según datos oficiales ingresó en la Escuela Normal de Maestras de Guadalajara en 1901. En 1905 consiguió una beca para ampliación de Estudios en el extranjero y en 1907 fue comisionada para desempeñar la Cátedra de Economía Doméstica en la Escuela de Artes e Industrias de Madrid. Ese mismo año se traslada a la Escuela Normal Superior de Maestras de Toledo (sus biógrafos coinciden en que fue un castigo impuesto a causa de un artículo publicado en el Heraldo de Madrid que no gustó a la autoridad académica). Allí “sobrevivió” hasta 1909, año en que se trasladó a Madrid como auxiliar de la Sección de Letras en la Escuela Normal Central de Maestras, al mismo tiempo que desempeñaba la Cátedra de Economía Doméstica en la Escuela Superior de Artes Industriales.

Comenzó a trabajar como periodista en el Heraldo de Madrid, pero se trasladó al Diario Universal. Allí escribía la columna semanal Lecturas para la mujer, donde debía aconsejar a las amas de casa sobre la belleza y el hogar. No obstante, De Burgos aprovechaba para introducir ideas feministas y de sufragio universal femenino, por lo que se vio obligada a esconder su identidad en muchas de sus publicaciones bajo seudónimos, el más popular fue Colombine. Ella misma vivió las desigualdades que sufrían las mujeres a diario. Se mudó a Madrid junto a su hija tras aprobar las oposiciones a profesora y divorciarse de Arturo Álvarez Bustos, un periodista con quien se había casado a los dieciséis años en Almería, su provincia natal.

Recibió el apodo de ‘la divorciadora’ al publicar el artículo El club del divorcio (1904) en el que decía: ‘Me aseguran que muy en breve se fundará en Madrid un Club de matrimonios mal avenidos con el objeto de exponer sus quejas y estudiar el problema en todos sus aspectos, redactando las bases de una ley de divorcio que se proponen presentar en las Cámaras’. Generó mucha controversia, pero no tanto como El divorcio en España, lo que ella denominó ‘un libro colectivo o social’. Con este ensayo pretendía abrir un debate acerca de si era necesario o no regular legalmente el divorcio en España. La primera parte recopila la opinión que solicitó a algunos escritores como Pío Baroja, Vicente Casanova o María de Echarri. La segunda cuenta con las opiniones de algunos lectores. El resultado de la encuesta se resume en la declaración de De Burgos: ‘De nuestro plebiscito resulta que la opinión de España es favorable al divorcio y es indudable que se establecerá entre nosotros como conquista de la civilización’.

Durante 1905, conoció a las sufragistas británicas en un viaje financiado a partir de la beca para estudiar los sistemas educativos de otros países. Cuando regresó, inició una campaña por el sufragio femenino en una columna del Heraldo de Madrid conocida como El voto de la mujer, que tuvo que cerrar debido a la presión social. Fundó y dirigió la revista Crítica (1908), de la que apenas quedó constancia tras el franquismo. Viajó para cubrir la Guerra de Melilla como corresponsal en 1909, siendo la primera mujer corresponsal de guerra de la historia de España. Un tono antibelicista creciente caracterizó sus artículos.

En 1911 fue nombrada profesora especial de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid. Fue también profesora de sordomudos y ciegos, actividad que ejerció hasta su muerte. Como apuntamos, su faceta como pedagoga siempre se vinculó a su actividad como escritora y periodista. Su producción literaria y articulista es numerosísima y abarca un amplio temario: desde belleza y economía doméstica hasta política. En este campo Carmen de Burgos luchó siempre por los principios republicanos, la inserción de la mujer en la vida pública y el sufragio, y con este fin fundó en 1920 la Cruzada de las Mujeres Españolas, a imagen de la creada en Portugal por su gran amiga, la dirigente feminista Ana de Castro. Cerebro intelectualmente inquieto, en 1908 había fundado la Alianza Hispano Israelita, publicando en su órgano de difusión la Revista Crítica. Su trabajo como colaboradora lo desarrolló, entre otras, en las siguientes publicaciones: La España Artística, La Educación, Álbum Ibero-Americano, La Correspondencia de España, El País, ABC, Feminal, La Alhambra, El Liberal, Tribuna Pedagógica, Por esos mundos, La Esfera, El Turbión. Fue redactora de El Heraldo y El Nuevo Mundo de Madrid. Fue miembro activo de la Asociación de la Prensa y de la Sociedad de Escritores y Artistas, Ateneo, Protección de la Infancia y «otras sociedades científico literarias». Fue también la primera mujer corresponsal de guerra en España.

La periodista organizó la primera manifestación feminista de España el 30 de mayo de 1921. El objetivo era presentar un manifiesto con nueve puntos en el Congreso de los Diputados para conseguir la igualdad. Pocos años después, publicó el ensayo La mujer moderna y sus derechos, considerada la biblia del feminismo en España. Un ejemplo más de su espíritu crítico y de lucha es Puñal de Claveles (1931), que trata la emancipación de la mujer y la búsqueda de la pasión. Además, trata la homosexualidad en la novela Ellas y ellos o ellos y ellas.

Falleció siendo la directora de la Cruzada de Mujeres Españolas y de la Liga Internacional de Mujeres ibéricas e Iberoamericanas a los 64 de edad en octubre de 1932, año en el que se aprobó la primera ley de regulación del divorcio en España, el matrimonio civil y el voto femenino bajo la Segunda República.



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