Artemisia
Gentileschi,
una de las más artistas italianas más importantes del siglo XVII… Y también una
de las más desconocidas. Suponemos que
el hecho de ser mujer no jugó a su favor, pese a ser claramente superior a
muchos de sus compañeros.
Autorretrato
como mártir,
Colección privada.
Evidentemente
caravaggista,
su estilo barroco tomó el dramatismo de su
ídolo en ambiciosos cuadros históricos y religiosos
(géneros inadecuados para el espíritu femenino en esa época de claroscuros).
Gentileschi nació en Roma. Su
padre Orazio también era artista, así que
creció en una familia rodeada de pintores y escultores en los últimos coletazos
del Renacimiento, en la mejor ciudad
posible para el arte. A los 16 años decidió hacerse aprendiz de su padre, pese
a que era impensable que una mujer ejerciera tal oficio. Orazio, orgulloso, y sabedor que la chica era ya mejor
que él y el resto de pintores de Roma, accedió a darle nociones académicas.
Así
que Gentileschi vivió una juventud feliz
y plena. Todo perfecto hasta un día en el que con 19 años fue violada por un violador en serie, que se suponía iba
a ser su maestro.
Desde
entonces su obra cambió radicalmente. Más oscura y
violenta, su pintura pareció centrarse en fantasías de venganza contra su violador.
Tragedias
aparte, la artista es hoy considerada no sólo una de las más notables artistas
del barroco italiano, sino una
adelantada al feminismo. Supo pintar y
representar la pintura simbólicamente, logrando un esfuerzo extraordinario de
identidad en una época que ser mujer en el mundo del arte era una limitación:
personajes bíblicos como Judith o Susana poblaron sus cuadros como símbolos de lucha ante el patriarcado.
El interés
feminista en Artemisia Gentileschi se inició en la década de 1970, cuando la
historiadora del arte feminista Linda Nochlin
publicó un artículo titulado ¿Por qué no
han existido grandes artistas mujeres?, en el que esa pregunta
fue analizada. El artículo exploró la definición de «grandes artistas» y cómo
las instituciones opresivas, y no la falta de talento, han impedido que las
mujeres alcancen el mismo nivel de reconocimiento que los hombres recibieron en
el arte y en otros campos. Nochlin dijo que los estudios sobre Artemisia y otras
artistas femeninas «valían la pena» para «aumentar nuestro conocimiento sobre
los logros de las mujeres y de la historia del arte en general».60
La especialista
en arte
feminista Teresa Alario considera que en la obra de Artemisia
pueden detectarse «rasgos de feminismo» en tanto que no acepta los modelos
establecidos de feminidad.
Aunque el mito
de la mujer valerosa y excepcional formaba parte también del imaginario
dominante, la forma en que Artemisa representa estas figuras parece querer
negar —señala Alario— la inferioridad oral y fisiológica que el discurso
misógino de la época atribuía al sexo femenino. Las figuras protagonistas
femeninas de su pintura tienen una actitud especial de coraje y llenas de
fuerza física y moral que se resisten a ser controladas, sin que haya correlato
en los personajes masculinos.
Nacimiento de san Juan Bautista, Museo del Prado, Madrid.
Artemisia era
su propia agente y administradora de su obra, en la que predominan las
mujeres-símbolo, como por ejemplo Lucrecia,
Betsabé,
Judith
o Cleopatra,
enfocadas desde un punto de vista femenino. Por ejemplo, a su cuadro Susana
y los viejos, un desnudo que pintó a los dieciséis años, no escoge como era
habitual el momento del baño de Susana, sino el instante en que marcha,
asustada por las miradas lujuriosas de los viejos. Otro ejemplo es su Judit
y Holofernes, ni joven, ni vulnerable y débil, sino una mujer fuerte de
mediana edad concentrada y que sabe lo que hace, y que además es ayudada por
una sirvienta cómplice.
A
continuación se listan las principales obras de Gentileschi con su fecha de
realización y ubicación:70
·
Susanna e i vecchioni, Colección del
conde de Schönborn, Pommersfelden, 1610.
·
Madonna col Bambino, Galería Spada, Roma,
1610-11.
·
Giuditta che decapita Oloferne, Galleria degli
Uffizi, Florencia, 1612-13.
·
Dánae, Museo de Arte
de San Luis, San Luis,
(Misuri), h. 1612.
·
Minerva, Sopraintendenza alle Gallerie,
Florencia, h. 1615.
·
Autoritratto come martire, colección privada,
h. 1615.
·
Allegoria dell'Inclinazione, Casa Buonarroti, Florencia, 1615-16.
·
Maddalena penitente, colección privada (Marc A. Seidner
Collection, Los Ángeles), h. 1615-16.
·
La Conversione della Maddalena, Galleria Palatina, Palacio Pitti, Florencia, 1615-16.
·
Autoritratto come suonatrice di liuto, Curtis Galleries, Minneapolis, h. 1615-17.
·
Giuditta con la sua ancella, Galleria Palatina,
Palacio Pitti, Florencia, 1618-19.
·
Santa Caterina di Alessandria, Galleria degli
Uffizi, Florencia, h. 1618-19.
·
Giaele e Sisara, Museo
de Bellas Artes, Budapest, 1620.
·
Cleopatra, Collezione della Fondazione
Cavallini-Sgarbi, Ferrara, h. 1620.
·
Allegoria
della Pittura, Museo de Tessé, Le Mans, 1620-30.
·
Giuditta che decapita Oloferne, Uffizi, Florencia,
h. 1620.
·
Santa
Cecilia,
Galería Spada, Roma, h. 1620.
·
Cleopatra, colección Amedeo Morandorri, Milán,
1621-22. (considerado por algunos estudiosos como obra de su padre).
·
Retrato de un
confaloniero, colección Comunali d'Arte, Palacio de Accursio,
Bolonia, 1622.
·
Susanna e i vecchioni, The Burghley House Collection, Stamford,
Lincolnshire, 1622.
·
Lucrezia, Gerolamo Etro, Milán, h.
1623-25.
·
Maria Maddalena come Melanconia, Sala del Tesoro de
la catedral de Sevilla,
h. 1625; y Museo Soumaya,
c. 1622-1625. (existen dos versiones de este cuadro).
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